Imagen tomada de la web
Hace poco terminé de leer "Serotonina", lo último de Houellebecq. No creo que exista un escritor mejor en Francia en estos momentos. Detallista, meticuloso, incisivo analista del mundo que le toca vivir. Michel ahonda en la poza séptica de la decadencia y sus manifestaciones contemporáneas. Mucho se habla de la misoginia de Huellebecq, de su carácter inquietante o de la ira que descarga contra su madre. En mi opinión, pone por escrito el subconsciente masculino abrumado por los cambios y la pérdida de su identidad dominadora. Este autor agita todo, como un predicador: la transformación en la pornografía, el auge de la perversión moral, las estocadas permanentes al mundo rural en pos de la globalización alimentaria, el hastío, el hedonismo o la anestesia social. Sin ataduras, pues esta es la razón de ser de cualquier manifestación artística.
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