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jueves, 3 de enero de 2013

Mis favoritos/24


                                                                     saretik hartutako irudia

 Ante la aparente necesidad de vivir a ritmo frenético, haciendo mil cosas a la vez, Carl Honoré nos recuerda que en estos últimos 20 años hemos sufrido más cambios que en un siglo entero. Os propongo un ejercicio revelador, preparad unas palomitas y ved una película de los años 50; fijaos cómo se mueven sus protagonistas. Seguro que os parecen del medievo. 
Elogio de la lentitud no pretende que vivamos desconectados de Internet o de los teléfonos móviles, pero sí que busquemos un equilibrio. Hacer muchas cosas a la vez no tiene porqué ser síntoma de eficiencia, aburrirse no es un mal síntoma. Elogio de la lentitud es la base del movimiento slow, que  propone cambios en nuestros hábitos de trabajo, alimentación, educación de los hijos..etc. Cerca de aquí, en Mungia, el ayuntamiento se adhirió a este movimiento como manera de reivindicar un estilo de vida más humano.
Este libro me recordó mucho a otro con muy mala prensa, Elogio de la ociosidad, del filósofo Bertrand Russell, escrito en 1932.