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viernes, 16 de junio de 2017

Kultur Dealers: Expendedor de microrrelatos, difusor de creatividad.



imagen tomada de la web
Ayer 15 de Junio, terminó el plazo para enviar microrrelatos para la original inciativa de la Diputación Foral de Gipuzkoa: Kultur Dealers . De esta manera el próximo otoño, la ciudadanía podrá recoger de una máquina expendedora los microrrelatos seleccionados. Esta es la segunda vez que se lleva a cabo y esperemos que cuaje entre la población. Es una manera de que todos participemos en desarrollar nuestras habilidades de escritura a través de textos cortos, haikus poesías y por supuesto, micros.  Si no has llegado a tiempo para participar, siempre te quedará recoger en otoño alguno de los textos en las máquinas expendedoras como la. de la fotografía. Los textos serán publicados en euskera y castellano.
 es una iniciativa del Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa para abrir un espacio de creación y pensamiento entre la ciudadanía. Un innovador sistema de máquinas expendedoras a pie de calle dará visibilidad al espíritu creador y literario de los/as guipuzcoanos/as.

Atzo, Kultur Dealers ekintzaren plazua amaitu egin zen. Ekintza hau, Gipuzkoako Foru Aldunditik sortuta, gure idazteko gogogak suspertzeko hasi zen. Plazu amaituta egonda ere, udazkenean gozatu ahal izango dugu, aukeratutako mikroak irakurtzen, makinatik baten bat ataratzen badozu. Anima zaitez eta irakurri!

Kultur Dealers Gipuzkoako Foru Aldundiaren Kultura Saileko ekimen bat da. Herritarren artean sormenerako eta pentsamendurako gune bat irekitzea du helburu. Kalean bertan ezarriko den makina-automatikoen sistema berritzaile batek gipuzkoarren espiritu sortzailea eta literarioa agerian jarriko du.

jueves, 15 de junio de 2017

Mariquitas

 Come el bocadillo de chocolate frente a la ventana mientras las gotas de lluvia forman hilos zigzagueantes en el cristal. Hoy, en clase, el profesor les ha hablado de esos insectos rojos con motas negras que se llaman mariquitas. Cuando ha preguntado si alguien ha visto alguna, Elisa alza el brazo y estira la mano, que ella ya sabe cómo son, que su jardín está repleto de mariquitas.
  Cuando sus padres, como todos los días, comienzan a discutir, abre la puerta que da al jardín y comienza a buscar mariquitas, sin miedo a la lluvia. La música, que está puesta  muy alta, disimula gritos y golpes. Elisa, que quisiera ser diminuta y desaparecer entre el césped,  arranca las flores y atrapa las mariquitas. Las mete en una caja con cuidado de que no escapen. Cuando ha reunido suficientes, tantas que el fondo de la caja se ve todo rojo, entra en la casa. Corre hasta su cuarto y se esconde bajo la cama. Abre la caja; Los bichitos arremolinados con sus alas duras y de un rojo brillante, comienzan a languidecer al compás del  cris-cras  de las uñas resentidas de Elisa.