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martes, 25 de junio de 2013

Mis favoritos/29



 Cuando leí Historias mínimas  me pareció un verdadero descubrimiento. Teatro mínimo, surrealista. Microrrelatos en esencia pura. Un buen material para iniciativas como las de "Microteatro por dinero", se me ocurre. 
 Javier Tomeo frecuentaba con Herralde el polígono mágico: una serie de bares de las Ramblas y de Plaza Cataluña como eran el Moka, la Granja Royal, el Zodiac, el Lugano. Entonces, según Herralde, en algún recorrido del camino, Tomeo sacaba sus "textos piscopáticos". Muchos de ellos se recogen en este libro.
 Javier murió el sábado pasado víctima de un ataque de ciática, que se complicó por una infección que contrajo en el hospital.
 Esta reseña, por tanto, tiene un regusto amargo. Para mí era un escritor enigmático, para los que lo conocían, ingenioso, charlatán y muy afable. Siempre reprochó que no se le valorara lo suficiente y tenía razón. En Alemania y Francia, sin embargo era muy apreciado.  Nos deja una obra póstuma para el otoño "El amante bicolor" y alguna recopilación de micros que saldrá probablemente el próximo año. Este video representa el relato "La corbata".

martes, 18 de junio de 2013

Ultimo Acto

Gravedad de frac y sedas tornasoladas. Miradas altivas asomadas a platea. Afinado en La. Carraspeos, batuta, retirada de telón. Dueto. Tenor en ciernes y soprano dramática que reaparece tras una cacareada ausencia. Silencio. Decepción in crescendo y pitada de la multitud. Medea aguanta. Jasón recibe el  primer “¡Crudel!”
Venganza. 
La diva levanta el puño, se da la vuelta.Violines enmudecidos. El público recibe como una bofetada el segundo “¡Crudel! ¡ho dado tutto a te!”
 Tensión. Tenor desconcertado, frac envarado, sedas estupefactas. Ovación.
La diva ofrece la espalda, alza el mentón y contiene las lágrimas. Telón.



lunes, 17 de junio de 2013

Parricidio

La sirena cautiva vomita pulpos de siete patas. Observa a sus espaldas Neptuno, con el tridente levantado. Medusas transparentes irritan la cola de la sirena. Un trotar líquido acaba con el ritual del asesino; el caballo de mar gigante, que nada entre corrientes, desintegra los pulpos y aplasta las medusas. Baja de la grupa el ofendido Tritón, que agarra el tridente y lo hunde en el pecho de su padre. Toma a la sirena en brazos y bajo una estela de mar burbujeante, cabalgan hacia reinos abisales.

domingo, 9 de junio de 2013

Mis favoritos/28





Compré este libro en un puesto ambulante . Me impactó  su manera de narrar el horror que vivió durante 80 días a manos de su agresor, el pederasta Dutroux, lleno de sarcasmo, ironía y mucho valor. Lo escribió con 20 años.
 Me acordé del libro y de la protagonista porque hace poco salió de la cárcel pero la apelación lo devolvió allí. Os dejo un pequeño fragmento del testimonio de Sabine:

"No me pegó, nunca lo hizo. No necesitaba más que levantar la mano, con su mirada violenta y su cara de ira. Ello bastaba para hacerme callar o para que me resignara a hacer lo que él quería. Tenía un poder mucho peor que el de los golpes, el poder de meterme el miedo a la muerte"

viernes, 7 de junio de 2013

Las abuelas ciegas

Este es el micro que se me ocurrió para los viernes creativos de Fernando Vicente.
He corregido la puntuación y alguna errata que por las prisas se me coló.
Después Pablo Gonz lo seleccionó para su audioantología "Viejos amigos". Un abrazo agradecido, Pablo.
Se subían a los tejados, hacia las dos o las tres de la madrugada y esperaban la lluvia. Elevaban la mirada hueca hacia el cielo, imaginando el resplandor. Al oir la algarabía de los niños en la plaza gritando: ¡ya viene, ya viene!, alzaban las manos, palpando el aire, intentando atrapar una estrella de las miles que caían. Cuando la alegría desaparecía de la plaza, bajaban los brazos, descendían de los tejados y volvían a sus casas. Resignadas. Cada vez quedaban menos abuelas que creyeran en aquel milagro de agosto que devolvió la vista a Erundina.