Páginas

domingo, 6 de marzo de 2011

Aquella foto



  Mira lo que he encontrado haciendo limpieza. Eran las fiestas del Carmen, tendrías unos 8 o 9 años. Estuvimos paseando entre polvo y bullicio por las atracciones de feria. Os subí en el tío-vivo y poco después tu hermano y tú os empeñasteis en montaros en aquellos caballitos de cartón-piedra cubiertos de piel de potro para sacaros esta foto. Bueno, os sacaron una a cada uno pero la de Toñete se perdió. A él le pusieron un sombrero cordobés y lo montaron en el caballito pinto, que era el que tú preferías. Llevaba un pantalón muy corto, a la moda, con un camisero a rayas. Lo retrataron mirando a la cámara con el semblante muy serio, (algo raro en él, por eso lo recuerdo tan bien) y con el cuerpo ligeramente inclinado hacia atrás. A tí te montaron en ese otro de pelaje castaño que eleva ligeramente una de sus patas del suelo, como si estuviera dispuesto a galopar. Llevas el vestido que te hice aquel verano: era de una  loneta blanca salpicada de motivos marineros en azul y rojo. Al cortar la tela me equivoqué de manera que barquitos y anclas se mostraban hacia arriba, como estrambóticos paraguas. Te me habías enfadado muchísimo pero en aquel tiempo por pequeño que fuera el trozo de tela no iba a desperdiciarlo, así que logré convencerte de que apenas se notaba.
   En la foto apareces sonriente, ajena al objetivo y con el rostro medio oculto entre mechones que alguna brisa te desato de la coleta. Llevas las riendas entre las manos sin mucha convicción. Detrás de ti hay mucha gente mirando y en primera fila un niño entre sus dos hermanos (todos visten igual) a los que aparta extendiendo los brazos, te  mira embelesado. Tal vez envidiaba el caballito en el que estabas montada.
 ¡ Anda, no me digas que no recuerdas esta foto!
  Pero yo no veo ni fiestas del Carmen, ni niña ausente, ni niño embelesado, ni caballito de cartón, ni vestidito con barcos que son paraguas. Yo me estremezco cuando veo aquel rostro de mirada oblicua  que se vuelve hacía mí. Está colocado en un segundo plano, en el extremo izquierdo de la fotografía y entonces ya recuerdo todo: Mi madre yendo a por mi hermano para bajarlo del caballo. Yo de pie, esperando. El hombre que se acerca sigiloso y me agarra fuerte del brazo. Yo mirándole y él llevándose un dedo a los labios para que calle. Yo volviéndome hacia mi madre con mi hermanito de espaldas y él arrastrándome. Y queriendo gritar y no pudiendo y ya al final gritando: ¡Mamá, mamá!,  porque no te veía y el soltándome de golpe y huyendo despavorido.
  Y tú mamá, corriendo hacia mí y regañándome porque me alejé y diciéndome que si te pierdes algún día podría llevarte un hombre como el del saco  y  que sea la última vez que te alejas tanto de nuestro lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario