Mi ocurrencia para los viernes creativos de Fernando.
Por qué no me enviaste padre, disfrazado de niño, adorado por Reyes, presentado en el templo, caminando por las aguas, azotando a mercaderes y fariseos. Qué te agravió para abandonarme ahora en este cuerpo, tan avejentado y flaco, que ni la lluvia se atreve a humedecer su espalda.
Pues lo peor estaba por llegar Ana, que ni después de muerto iba a poder descansar de nosotros, je je.
ResponderEliminarUn abrazo.
No se me ocurrió otra cosa, para el viernes creativo y preferí obviar las flores. Un abrazo, Miguel.
Eliminar