Y se esconden aquí, arrimados a la sombra, emborronando papeles.
Bitácora de Ana M. Blanco
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jueves, 9 de mayo de 2013
Biografía
Aquella noche la tropa cenó compota, menos Tomás que era alérgico. A la mañana siguiente ninguno de ellos despertó. A Tomás lo vio huir el sargento. Dijo que corría como poseído, gritando y haciendo aspavientos con las manos. Probablemente fruto del estado de shock al verse rodeado de cadáveres. En su delirio cruzó las líneas enemigas, donde se compadecieron de él, curaron su trastorno e incluso le ascendieron a Teniente. Ahora nuestros mandos permanecen alerta.
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