Y se esconden aquí, arrimados a la sombra, emborronando papeles.
Bitácora de Ana M. Blanco
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martes, 17 de diciembre de 2013
Paleolítico
Quizás mañana cuando despierte el mono sienta un
hambre voraz, de esas que no se sacian con frutas o raíces. Tal vez entonces
comience a mirar con otros ojos a la ardilla que le roba o al bicho que
sisea y que un día le mordió la mejilla
dejándolo al amparo de un sueño extraño. A lo mejor aprieta los dientes, me
agarra y espoleado por la ira, me lanza a la cabeza de la serpiente que se
acerca. Asestará un golpe fatal, se comerá al bicho, conocerá el placer de la masticación carnal. Despertarán la bilis y los jugos gástricos adormecidos. Descubrirá el
poder de su muñeca. Me buscará, satisfecho. Y cambiaremos el mundo.
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La evolución a pedradas, que gráfico, y qué poquito que hemos evolucionado de hecho.
ResponderEliminarMuy bueno Ana.
Un abrazo.
Gracias, Miguel. Ahora que lo vuelvo a leer algo tiene de 2001 una odisea en el espacio ¿no?.
EliminarAbrazos navideños
Un vuelco al mundo, no sé si bueno (el vuelco), pero en él seguimos como dice Miguel
ResponderEliminarCuando estuve en Atapuerca nos comentaron que el giro de muñeca que permite al hombre una habilidad manual mayor, evolucionó al cabo de 1 millón de años. Me pareció increible.
EliminarBesos y buena salud para 2014
Y lo que cambiaron el mundo... Ana, hacía mucho que no te visitaba, aparte de este relato del principio de la evolución humana, me llevo también tu recomendación del libro Intemperie de J. Carrasco, que quería leer, pero que no me he hecho con él todavía. Un abrazo y feliz 2014
ResponderEliminarSeguro que te gusta, Puri. Es muy racial. Gracias por la visita. Besos
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