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lunes, 17 de junio de 2013

Parricidio

La sirena cautiva vomita pulpos de siete patas. Observa a sus espaldas Neptuno, con el tridente levantado. Medusas transparentes irritan la cola de la sirena. Un trotar líquido acaba con el ritual del asesino; el caballo de mar gigante, que nada entre corrientes, desintegra los pulpos y aplasta las medusas. Baja de la grupa el ofendido Tritón, que agarra el tridente y lo hunde en el pecho de su padre. Toma a la sirena en brazos y bajo una estela de mar burbujeante, cabalgan hacia reinos abisales.

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