Antes de que vuelva papá, me quitaré los zapatos de tacón y
las medias de seda que mamá no se quiso llevar. Cambiaré las sábanas, haré mi
propia cama, recogeré los restos del desayuno. Me pegaré una buena ducha. Tengo
el pecho ruborizado. Me perfumaré con agua de lavanda, me peinaré con la coleta de caballo y me sentaré a esperarlo en la sala. Seguro que me traerá algo especial. Pero no igualará este palpitar profundo que me dejaste.
Una buena apuesta para el concurso, Ana, que -tal como dije ayer en más de una bitácora- da muestras de la dificultad a la que se enfrenta el jurado para elegir los finalistas entre novecientos relatos.
ResponderEliminarMis aplausos.
Un abrazo,
Gracias Pedro, aunque todavía no estoy contenta con la frase final. Pero no se me ocurrió nada mejor.
EliminarUn abrazo
Me gusta este amor precoz, la niña, desde luego lo tiene todo pensado. Y tú lo has expresado con gran maestría.
ResponderEliminarSaludos Ana, desde mi mar.
Hola Yashira, te agradezco el comentario. Pero como le decía a Pedro, me da que la frase final podía ser algo mejor.
EliminarGracias por la visita,
Ana
Bueno pues a mí me gusta esa frase final, no sé, resume de alguna forma lo que ha sucedido ¿no?
ResponderEliminarBesitos
Sí, Ely pero ¿no crees que es demasiado evidente? cosas mías..
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