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lunes, 19 de noviembre de 2012

Hombrecillos

  Esta noche he vuelto a abrir la nevera. Y siguen ahí. Algunos se deslizan sobre la mantequilla como hábiles esquiadores. Total para romperse una pierna, o un brazo. Otros nadan esquivando con agilidad las hojas de lechuga y los cubitos de hielo que flotan en el bol.  Se ve que ignoran el peligro de congelarse a bajas temperaturas. Los hay que se las dan de artistas y me llenan de grafitis al ketchup las paredes del frigorífico.
 Y me he sonrojado de rabia al ver a uno revolcándose entre las sábanas de queso y york; juraría que la mujercilla a la que abraza es Elisa. Mi adorada Elisa. Cualquiera sabe por qué se marchó.

4 comentarios:

  1. Madre mía Ana,
    la vida del protagonista tiene que estar realmente vacía si ve a su amor entre las sábanas de queso. Sé que no hay que buscar mil significados a los micros, pero que el hecho de que vea personas activas entre los objetos cotidianos... me parece una muestra de soledad más clara que si todo le pareciera inerte. Extraños tus hombrecillos, como los síntomas que dejan los vacíos.
    Besos

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    1. En este caso, haces bien en buscárselos. Quería expresar la cantidad de oportunidades que, a veces, dejamos pasar.
      Un beso grande.

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  2. Eso me he imaginado al ver pululando tantos hombrecillos en la nevera, la cantidad de cosas que se está perdiendo mientrás la contempla.

    Me gusta como lo cuentas.

    Besitos

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    1. Cuántas veces nos pasa esto ¿verdad?
      Feliz Navidad, Ely

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