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domingo, 30 de septiembre de 2012

Moscas

 Los rayos de sol penetran con más fuerza esta mañana. Claudia desayuna frente al mirador. Aprovechando la ausencia de su madre, abre la ventana y una bandada de moscas asalta la cocina. La niña las observa, con la mirada fija y las manos apoyadas sobre la cabeza. Posan sus patas de alambre en la alacena. Afloran sus trompas y succionan los restos de azúcar que salpican  la mesa.
  Entonces la niña recuerda que su madre no tardará mucho, que luego volverá el tío Miguel para  llevarla al parque de atracciones. Cierra, apurada, la ventana del mirador mientras algunas moscas, atraídas por la luz, se posan en el cristal. Dejan a su paso pequeños puntitos negros que Claudia, enajenada, frota con fruición. Va a su cuarto, coge un cubo verde y una pala de plástico. Corre las cortinas y las moscas quedan atrapadas entre el cristal y la tela, ajenas a su suerte. La niña sonríe con malicia. Pega  la cortina contra el cristal y así consigue retener a una mosca. Las alas de la  mosca, prisioneras de un escaso centímetro de tela, emiten un zumbido agudo y penetrante. Claudia no se arruga; con el dedo índice de la mano izquierda presiona sobre el lomo de la mosca. Siente el esperado alivio, un crujir seco, mientras la sangre amarillenta de la mosca emponzoña el cristal. La niña suelta la cortina y la mosca cae al suelo.
 Claudia la recoge con la pala de plástico y la  deposita en el cubo. Busca otra mosca y vuelve a tender la misma trampa. Y otra más.
 Al de poco rato, el fondo del cubo verde está salpicado de motas negras. Y Claudia piensa en lo feas, negras y peludas que son las moscas. Tan feas y peludas como las caricias del tío Miguel.

2 comentarios:

  1. ¡Agg! y no lo digo por las moscas, si no por todo lo que la escena anuncia. Es tremendo. Muy visual y bien llevado el micro.

    Besitos

    PD: En el penúltimo párrafo revisa hay dos "recoge"

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  2. Gracias Elisa!! (cachis qué despistada soy)
    Un beso grande,
    Ana

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