Este se quedó conmigo. Los otros se los repartieron entre Isabel y Marta. Ansiosas como eran vinieron corriendo en el momento del parto. No esperaban dos. Mejor. Si no, se habrían matado. Lo echaron a suertes. Isabel se quedó con el que deseaba Marta. Marta miraba recelosa el de Isabel. A escondidas, cada una se salió con la suya. Yo también. No esperaban tres. En un descuido cogí aguja e hilo. Le libraré de todo mal, tendrá el responso más íntimo y el más cálido de los nichos.
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