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miércoles, 26 de octubre de 2011

Testigo incómodo

El comandante de la guardia suiza nunca llegó a cruzar el umbral. Cayó herido de muerte, durante el saqueo. Y se anuló la  audiencia de urgencia que había solicitado.
 El resto del ejército fue retrocediendo hacia San Pedro conforme aumentaban las bajas. Sólo nos libramos cuarenta y dos, que rodeamos al Papa en el altar y le ayudamos en su huída hasta el castillo de Sant’Angelo. Yo fuí por detrás. Y  le vi, mi cardenal,  caer en el puente y comprobé que estaba herido de muerte. Una flecha le atravesaba el pecho. Una flecha disparada desde el ángel de bronce. Por mandato divino o por un asesino. Por eso desconfío, señor. ¿O no se ha fijado en el acento español de este Clemente?

1 comentario:

  1. Envíado a Getafe Negro, ganó el relato de Ataúlfo Gamonal Coto, titulado Sin fumata. Tras varias equivocaciones, por fín lo pongo bien. Ups!

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