Es media tarde en el pueblo junto al lago. En la pequeña tienda de Sebastiano, un turista rezagado entretiene la espera entre carísimas corbatas y pañuelos de seda. Tiene acento francés. A Sebastiano se le nubla la vista y se le acalora la frente. Suenan los motores del ferry y el extranjero marcha con andar precipitado. El trance ha pasado y el hombre cierra la tienda. De vuelta a casa, se contempla en el lago que guarda su secreto. Hace tiempo que otro extranjero le descubrió su sombra. Lo curioso es que nadie preguntó por él. Ni por los que vinieron después. Desde entonces Sebastiano malvive entre el deseo y la conciencia. Cuando el deseo le vence, marcha a descansar a la Riviera para volver atrapado entre negras pesadillas. Se sentiría más aliviado si alguien preguntara por ellos.
El 1 de Mayo salió al ciberespacio la primera edición de la "Revista la Noche de las Letras" y me encontré esta sorpresa. Gracias de nuevo Rosana.
ResponderEliminarDestaco sobre todo la fina elaboración del ambiente. Me recordó a Onetti.
ResponderEliminarAbrazos fuertes,
PABLO GONZ
Saludos Pablillo, siempre andas por ahí ,))
ResponderEliminarEnhorabuena Ana por la publicación y por este micro como sdice Pablo desasosegante y de atmósfera.
ResponderEliminarUn abrazo
R.A.