El cuento de hoy
Mientras Shoemaker dictaba las nuevas medidas a tomar, los mendigos del barrio de Cindinero se quejaban amargamente. Sin embargo, arriba, en el palacete del Edén de Aquísihay, los príncipes -entre ellos algunos simpáticos mediáticos- brindaban felices. Esta vez tampoco les tocaba a ellos y nadie miraba.
Pero la amenaza está ahí, latente. Me gustó mucho la claridad de la prosa. Es muy natural, Ana.
ResponderEliminarUn abrazo,
PABLO GONZ